Apronto una escalera para que bajes desde algún cielo posible.
Escalerita de pan, de nubes, de árbol.
Todos los colores de tu recuerdo para que desates tus pasos y te vuelvas
bajo este día y esta noche de cielo abierto para encontrarnos.
Permite mi dios que vengan mis ánimas en tropel.
Amasé para ellos este pan del que tomarán su sabor.
Corté las flores olorosas y del mercado traje chicha y golosinas para mi angelito que vendrá , acariciando mis trenzas y haciendo que por un día
estemos meta risa y sin horizonte. Todo cielo acá y allá.
Bajarán por escaleritas de pan, de nubes, de árbol, de selva, de tuna y de cardón.
Ya está puesta la mesa con decoro.
Las ofrendas que son almitas, corazones y figuras de aquello te era propio.
He traído velas de colores y flores del monte
que huelen a miel.
Vamos a rezarte ahora para que vengas y nos sacudas el olvido.
Descuélgate de la escalera y baila un rato conmigo
para que se confunda mi sombra con tu sombra.
Mañana el viento cantará entre las coronas por un año entero,
hasta que sea otra vez hoy y bajes, emocionada, a abrazarme una vez más.
Así mantendremos vivo el recuerdo, achicando la distancia entre cielo y tierra.
1 comentario:
Cuanta emoción, cuanta dulzura!!!. Maravillosas palabras que aúnan pena y belleza con una simplicidad exquisita!!!. Conocía tus dotes para hacer crecer flores, pero no para florecer palabras... . Una alegría descubrir éste otro costado! gracias por compartirlo!!
Publicar un comentario