martes, 19 de mayo de 2009

Camposanto














El proyecto nace de un profundo deseo por rescatar una tradicion que se esta perdiendo.
Decidimos tomar partido, formar parte, vivir el proceso en toda su dimension.
Por eso tomamos un cementerio que estaba invadido por la selva y con los familiares
de los que alli estaban limpiamos la tierra, pintamos cruces, trajimos piedras.
Esa misma tarde fuimos a la feria, una explosion de coronas, de ofrendas hechas en pan y caramelo, personas esperando a  sus muertos, pensando en agasajarlos, buscando ya lo necesario para ese dia sagrado.
El viernes amasamos nuestras propias ofrendas, todas las mujeres hombres, y niños de alrededor vinieron a ayudarnos.  El pan con forma de almitas se horneo mientras en la espera esas manos iban desgranando el recuerdo y lo sagrado del dia de los muertos.
Al otro dia preparamos la mesa con esas ofrendas, las fotos de nuestros muertos y alguna cosa que a ellos les gustara, la chicha, el vino, los juguetes.
Y despues la vigilia, rezar por ellos, porque ese dia el cielo y la tierra se acercan y ellos nos visitan, estan entre nosotros porque nos quieren.
El domingo los cementerios se llenaron de coronas, de familias enteras visitando, limpiando, comiendo y compartiendo en el CampoSanto. Las flores contra el cielo, regalos que curan y unen.
Y recorrimos los cementerios para celebrar, de rodillas una oracion en cada paisaje.
En alguna casa nos compartieron las ofrendas, despues de que la rezadora elebara sus oraciones y las nuestras.
Esta celebracion nos viene en la sangre, habla de nosotros y nuestra cultura. Desde tiempos arcaicos celebramos el dia en que nuestros muertos bajan a visitarnos.
Proponemos difundir y profundizar en vez de adoptar fiestas importadadas que distorcionan el sentido de de este dia.

Usos y ernestina anchorena conjugan arte, diseño y fotografia, con una mirada contemporanea sobre lo nuestro.

Video-instalacion, land art, fotografia, textos y documentacion.

Cementerio de animales









Enterrar pájaros después de la tormenta